España ha tumbado definitivamente sus miedos y complejos históricos y ha obtenido el premio que merecía el sensacional fútbol que ha desplegado en esta Eurocopa 2008: el máximo título continental. Un triunfo inapelable, un corto pero suficiente 1-0 logrado en Viena frente a la poderosísima Alemania. El trofeo, levantado por Iker Casillas, ha representado el sueño de la Selección y los españoles. 44 años después, España es de nuevo campeona de Europa.
No acababa Casillas de levantar la copa de campeones cuando los pitidos de los coches rompían la calurosa noche llerenense; de inmediato muchísimos aficionados, con banderas españolas para celebrar la victoria del equipo de Luis Aragonés, se concentraron en la Plaza de España para posteriormente dirigirse al Parque Cieza de León donde los más osados se bañaron en la fuente para así celebrar el gran triunfo de la selección.